Historietas
Una de las modalidades narrativas que no podemos olvidar a la hora de leer en la escuela (y en casa) es la historieta, palabra que parece tan antigua, comparándola con el extranjerismo cómic, como aquella frase publicitaria de hace ya unos cuantos años: detrás de un tebeo hay un libro que sabemos cargada de razón quienes crecimos rodeados de tebeos y creamos toda una liturgia a su alrededor: comprarlo nuevo o usado, cambiarlo en la tienda o a los amigos, revenderlo, guardarlo en la vieja maleta que casi nunca se usaba para ir de viaje…
La historieta es la combinación de textos con elementos gráficos (globos, onomatopeyas) y tienen como objetivo comunicar una idea o una historia; generalmente tienen como protagonista a un personaje en torno del cual giran las historias y los demás personajes.
Podemos trabajar con todas las tipologías de historietas gráficas, desde los libros completos, como los de Asterix, Tintín o Persépolis, por citar sólo tres ejemplos, hasta la viñeta única, de la que encontraremos numerosísimos ejemplos en internet, pasando por el tebeo o las tiras gráficas de la siempre entrañable Mafalda.
En internet encontrarás numerosas páginas de tebeos, nosotros te ayudamos:
Y no sólo para la lectura en español, también en inglés y en francés puedes buscar imágenes de historietas.
Al trabajar con historietas habrá que estudiar sus características: conocer al personaje (de los más famosos hay páginas y páginas), estudiar la forma en la que se articula la narración, generalmente mediante el dibujo y los diálogos, leyendo las modalidades de globos, prestar atención a la ordenación temporal de las viñetas, a las onomatopeyas…
En otros casos, han sido llevadas al cine, como Persépolis de la iraní Marjane Satrapi.
https://www.youtube.com/watch?v=3PXHeKuBzPY
Algunas tiras cómicas, casi sin palabras, permiten realizar otras lecturas más interpretativas y dar lugar a posteriores trabajos de escritura.
En otros casos, podemos trabajar esa lectura interpretativa, tapando los diálogos que ha escrito el guionista y comparando posteriormente los resultados con los que él pensó.
En cualquier caso, no está de más aportar a la escuela ese toque de humor, de ingenuidad, de ironía o de ternura (y hasta de mala baba, aunque parezca otra cosa cuando se dibuja) que aportan algunas viñetas.