Tararí que escribí

Escenas callejeras

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La calle es fuente inagotable de inspiración; cuando vemos algo que nos llama la atención, convocamos a nuestros compañeros en el patio y les contamos lo que hemos visto.
Esta actividad trata de desarrollar la capacidad de observación de nuestros alumnos: les encargaremos que se fijen en lo que ven en la calle: un hombre regando, un camión del que descargan paquetes, unas chicas hablando en un banco. No se trata tanto de fijarse en secuencias completas como en imágenes sueltas, en fotografías de la realidad. Podemos guardarlas en la memoria e, incluso fotografiarlas con ese teléfono móvil que puede servir para algo más.

A la vuelta al colegio, desarrollamos nuestra historia:

El camión era pequeño, de esos con una caja cerrada que se utiliza para transportar mercancías. Estaba pintado de amarillo con unas enormes letras en las que podía leerse: transportes Manolo el rápido. Estaba aparcado sobre la acera, por eso Manolo descargaba rápidamente cajas de fruta delante de la verdulería. Por la esquina de la calle asomó el morro el coche de la policía municipal que, al ver el camión amarillo, aceleró su marcha; miré el letrero de la tienda y sonreí, no podía ser de otro modo: El tomate veloz, frutas y verduras, justo al lado del bar de comida rápida en el que trabaja mi vecino: Fernando Alonso.