Leo leo

Leer

La lectura es el azote de la infancia (…). Un niño no siente gran curiosidad por perfeccionar un instrumento con el que se le atormenta; pero conseguir que ese instrumento sirva a su placer y no tardará en aplicarse a él a vuestro pesar.

Daniel Pennac.

La lectura constituye un factor fundamental para el desarrollo de las competencias básicas. Los centros, al organizar su práctica docente, deberán garantizar la incorporación de un tiempo diario de lectura, no inferior a treinta minutos, a lo largo de todos los cursos de la etapa.

(Orden de 9 de mayo de 2007, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que se aprueba el currículo de la Educación primaria y se autoriza su aplicación en los centros docentes de la Comunidad autónoma de Aragón).

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Banco de imágenes y sonidos del INTEF. Uxía Pin. (CC BY-NC-SA 3.0)

Aquel (otro) nuevo currículo marcaba la pauta de treinta minutos de lectura cada día; en un encuentro de asesores de formación aragoneses en el que hablamos de competencias básicas y de lectura, fuimos anotando opiniones a vuelapluma que escribimos aquí como referencia para trabajar esta imprescindible competencia.

Comenzamos a hablar:

El grupo de debate se llamaba lectura, así, a secas y, como es preciso comenzar por algún sitio, como buenos docentes, críticos por definición y acostumbrados a darle vueltas a todo, quisimos darle algunas a la propuesta para el grupo:

  • ¿Por qué lectura? No nos acaba de convencer este término tan limitado y tan extenso a la vez; su interpretación puede dar lugar a errores y autolimitarnos a su acepción más tradicional (y escolar). Sin embargo, la lectura es trascendental en la escuela.
  • Por la mañana, en un plenario, se hizo una afirmación (a lo mejor no textualmente anotada): la lectura es el único nexo (sentido por la mayoría del profesorado) entre las áreas (especialmente en secundaria). Aunque el enunciado es excesivamente categórico (y pesimista por lo que contiene de descoordinación aparente) preferimos cambiar, también en esa frase, la palabra lectura por el término comunicación. Hablemos, pues, de comunicación.
Ya estamos descansados, vamos a cansarnos:

Lo mejor de comenzar a hablar criticando la propuesta es que sirve para ir tomando posiciones, ha sido el carraspeo previo de lo que vendrá después; nos planteamos ser sesudos y revisar qué implicaciones tiene la comunicación en el complejo entramado de las competencias básicas, qué objetivos, conocimientos, destrezas y actitudes están relacionados con la competencia que nos ocupa, aquí van algunas referencias:

    • Habilidades para establecer vínculos y relaciones constructivas con los demás, con el entorno.
    • Acercarse a nuevas culturas.
    • Ser consciente de los principales tipos de interacción verbal.
    • Adaptar la comunicación al contexto.
    • Utilización (activa y efectiva) de códigos y habilidades lingüísticas y no lingüísticas, de las reglas propias del intercambio educativo en diferentes situaciones para comprender y producir textos orales y escritos adecuados a cada situación comunicativa.
    • Buscar, recopilar y procesar información.
    • Comprender, componer y utilizar distintos tipos de textos: Orales o escritos – Visuales o audiovisuales – Dictados u ocultos -Verbales o no verbales – …
    • Comprender, componer y utilizar distintas intenciones comunicativas: Orales o escritas – Visuales o audiovisuales – Dictadas u ocultas – Verbales o no verbales – …
    • La lectura para interpretar y comprender el código (y para reescribirlo).
    • La lectura como fuente de placer, de descubrimiento (entornos, idiomas, culturas, fantasía y saber – y de uno mismo –)
    • Habilidad para seleccionar y aplicar determinados propósitos u objetivos a acciones propias de la comunicación lingüística: El diálogo, la lectura, la escritura.
    • Habilidades para representarse mentalmente, interpretar y comprender la realidad y organizar y autorregular el conocimiento y la acción dotándolos de coherencia.
    • Conocimiento reflexivo sobre el funcionamiento del lenguaje y sus normas de uso.
    • Capacidad de tomar el lenguaje como objeto de observación y análisis.
    • Conocimiento y aplicación efectiva de las reglas de funcionamiento del sistema de la lengua y de las estrategias necesarias para interactuar lingüísticamente de una manera adecuada.
    • Tener conciencia de las convenciones sociales, de los valores y aspectos culturales y de la versatilidad del lenguaje según el  contexto y la intención comunicativa.
    • Capacidad empática de ponerse en el lugar de los demás.
    • Leer, escuchar, analizar y tener en cuenta opiniones distintas a la propia con sensibilidad y espíritu crítico.
    • Capacidad de expresar adecuadamente (en fondo y forma) las ideas y emociones propias.
    • Capacidad de aceptar y realizar críticas con espíritu constructivo.
    • Poder comunicarse en alguna lengua extranjera.
    • Con el uso de las lenguas extrajeras, favorecer el acceso a más fuentes de información, comunicación y aprendizaje.

¡Uf! (o cualquier otra exclamación que denote cansancio): ¿estos son los caminos por los que nos ha de conducir la lectura? ¿sólo treinta minutos? Qué va, treinta minutos y todos los demás…

Dedicamos un momento a los libros de texto (cuestión ineludible siempre)
  • Son una referencia, no una tiranía. Los libros de texto nos justifican ante los padres, el diálogo con ellos también si queremos prescindir de ellos. En una de las ponencias de la mañana, desde el departamento de educación se abrió la puerta de la selección de contenidos, si hay que optar, que sean contenidos que desarrollen competencias.
  • Eso no nos deja más tranquilos, pero nos reconforta saberlo.
Un concepto amplio de lectura:

Al hablar de lectura, de comunicación, no podemos quedarnos en la lectura entendida como hasta ahora: un libro cada trimestre, lee la página 46 del libro de texto, subraya en este texto los determinantes… Leer en el siglo XXI es algo más, mucho más.

Incluso desde este punto de vista tradicional (y escolar), es necesario reflexionar acerca de qué leemos en el aula, qué criterios utilizamos al seleccionar las lecturas, qué tipologías textuales: desde luego todas las y en todas las áreas y mucho más:

  • ¿Leemos propaganda del hiper, prospectos, manuales de instrucciones, periódicos, los textos de la tele, los de Internet, los graffiti de la calle, los fancines y cómic…
  • ¿Leemos en digital, en la web: hipertextos, lecturas multidireccionales, multimedia y audiovisuales. Lectura de Chat, SMS…?
  • ¿Leemos los gestos de nuestro interlocutor, sus segundas intenciones, los mensajes ocultos…?
  • ¿Leemos sensaciones? ¿Leemos sentimientos?

Leer es procesar la información para construir conocimientos. En eso estamos todos de acuerdo, aunque, a veces, la comprensión lectora del texto nos hace olvidarnos del contexto.

  • Leer para construir. Los documentos oficiales aportan un montón de palabras: Expresión, Comprensión, Relación, Interacción, Comunicación, Composición, Interpretación, Placer, Descubrimiento, Representación, Sistema, Convencionalismo, Contextualización, Empatía, Opinión, Integración…
  • Está claro, desde luego, que todas estas palabras no son patrimonio del área de lengua, no sólo del área de lengua, sino en todas, porque existe una sintaxis de las matemáticas, un lenguaje de la física, la plástica comunica, la educación física relaciona…
Treinta minutos

¿Y los treinta minutos de lectura? Desde luego no son el “momento refectorio” del aula. Leer no es un trabajo escolar, es una función intelectual. La comunicación no son deberes. Tomadas estas negaciones en su sentido más peyorativo. Habrá que aprovechar ese tiempo como estrategia para plantear: ¿qué hago en los treinta minutos? La respuesta es, desde luego, lectura que conlleve reflexión, razonamiento, argumentación, debate…

Presentaremos aquí algunas pistas para evitar que esos treinta minutos (o lo que venga después) se conviertan en el momento refectorio de la jornada escolar.